Al Sudeste de Cataluña, dentro de la provincia de Tarragona la D.O. Terra Alta queda delimitada por un sistema montañoso que la separa de la depresión del río Ebro. Desde los Ports de Horta meridionales y las sierras de Pándols y Cavalls en el sudeste, las vides conquistan el terreno hacia el norte y el oeste, siguiendo la variada orografía del territorio, emplazadas con frecuencia en terrazas naturales escalonadas, protegidas por los márgenes de piedra seca.
Abundan los suelos de origen cuaternario, de naturaleza arcilloso/calcárea y pobres en materia orgánica, acompañados por otros terrenos de origen fluvial con abundantes cantos rodados, en un altiplano por encima de los 400 mts.
El clima es mediterráneo con influencias continentales: elevadas horas de insolación y una pluviometría anual entre los 350 y 500 mm. según la zona de la comarca. El rol de los vientos dominantes es fundamental en la Terra Alta. El Cerç continental sopla con fuerza y mantiene las vides y las uvas en maduración sanas; mientras que el Garbí y otras marinadas procedentes del Mediterráneo refrescan el cálido verano.
El vino de la Terra Alta se incorpora a la historia en 1185, cuando Ramón Berenguer IV encomienda repoblar esta región a los Templarios que iniciaron la producción vinícola para abastecer a los mercados locales.
Tras la crisis de la filoxera, Terra Alta amplió el viñedo, creándose diversas bodeegas cuyos edificios fueron diseñados por arquitectos modernistas de la época.
