Los vinos dulces han sido desde siempre los acompañantes idóneos para los postres.
Tanto los procedentes de variedades tan apreciadas como el moscatel, al que ya los romanos señalaban como el rey de los vinos dulces, como los vinos fortificados -entre los más reconocidos, los de Oporto- a los que se detiene la fermentación con la adición de alcohol, conservando así parte de los azúcares naturales de la uva.
Bodegas Pinord cuenta con el vino Moscatel como uno de sus referentes ya que viene elaborándolo desde sus inicios, y un Oporto (Tawny), que envejece entre quince y veinte años, y es el perfecto acompañante de los postres, pleno de cualidades y con toques dulces que lo hacen sumamente seductor.