La zona
El Priorat, una de las zonas vitivinícolas más antiguas de toda España, en la que se elabora vino desde hace más de ocho siglos, se ubica en un característico paisaje montañoso de la provincia de Tarragona, en una depresión rodeada de montañas y bañada por el río Ciurana y sus afluentes.
En 1974, un informe de la FAO sobre la actividad agraria en la región, que concluyó que en el Priorat se daban todas las condiciones necesarias para poder elaborar algunos de los mejores vinos del mundo.
Una de esas condiciones es su especial y característico suelo. Una capa superficial sobre un substrato de pizarras –las llamadas llicorellas- en el que las cepas pueden enraizarse con seguridad en las acusadas pendientes de las montañas, -desde los 300 hasta más allá de los 600 metros, con desniveles entre el 15% y el 20%- protegidas por bancales y terrazas que se han convertido en seña de identidad de la zona.
Otra condición es el clima, templado por el viento del sur y contrarrestado por los vientos fríos del norte. Su particular climatología convierte al Priorat en una tierra de veranos largos y calurosos y de inviernos fríos y secos.